Miércoles, 23 de abril de 2014
sara11589
Psicología
Psicología
Desde hace tiempo nos encontramos con muchos padres aquejados de tener a un “tirano” en casa. El niño tirano de forma general se caracteriza por ser un niño desobediente, caprichoso, con muy baja tolerancia a la frustación. Suelen ser niños que gritan e insultan a sus padres, que no soportan un “no” por respuesta, etc. Esto provoca que los padres se sientan maltratados y humillados, incluso que se muestren avergonzados por su problema y esto les haga retrasar el acudir a un profesional, agravando con esto su situación.
Pero ¿Cómo hemos llegado a este punto? ¿Qué debemos tener en cuenta para no crear a un niño tirano?
Lo primero de todo es no confundir satisfacer sus necesidades con complacer todos sus caprichos. Muchos padres creen que para que sus hijos sean felices deben proporcionarles todo lo que pidan, aunque lo que pidan no sea absolutamente necesario para que crezcan sanos y felices. Y aquí distinguiré lo necesario de lo innecesario. Necesario es darles amor y protección, satisfacer sus necesidades básicas, jugar con ellos, establecer límites, enseñarles y transmitirles valores… Innecesario es sobreprotegerles, no dándoles la libertad para que desarrollen su autonomía, comprarles todo lo que pidan o acceder a cualquier petición por miedo a que “nos quieran menos” si no lo hacemos…
Lo segundo que debemos tener claro es asumir que los niños necesitan normas y límites, y esto no está reñido con darles amor y cariño o con ser buenos o malos padres. Esta claro que los niños necesitan que les dejemos “ser” y para ello necesitan una gran dosis de libertad para explorar y experimentar el mundo que les rodea. Pero esta libertad no implica la ausencia de límites. Los niños para crecer felices necesitan a personas que les guíen, que les acompañen en su proceso de desarrollo, que les enseñen valores, que les digan lo que está bien y lo que no está bien (por ejemplo está bien respetar a todas las personas; no está bien maltratar, agredir, insultar,…).
Y lo más importante para no crear a un niño tirano, es ser conscientes de nuestra herencia educativa, es decir, de cómo nos educaron a nosotros, pues esto influirá directamente en cómo educaremos a nuestros hijos. Por ejemplo algunos padres que fueron criados en un ambiente autoritario e intransigente suelen educar a sus hijos de forma contraria, siendo liberal e indulgente de forma excesiva, pudiendo provocar situaciones como la descrita en este artículo.
Debemos tener presente que tanto nuestra herencia educativa como nuestros miedos, creencia y actitudes, de no hacerlos conscientes, marcaran la crianza de nuestros hijos y dará lugar a problemas como éste.
Por último, recomiendo a cualquier familia que se encuentre en esta situación que acuda a un profesional, porque la situación “no mejorará sola”, todo lo contrario, se agravará si no buscamos una solución. Ya que en estas circunstancias, se hace necesario revisar el enfoque educativo familiar y establecer unas nuevas bases para poder cambiar y mejorar esa situación.
Sara Martínez López
Psicóloga y orientadora educativa en Ésser