¿Cómo elegir un psicólogo?

Una vez hemos tomado la decisión (más o menos dura en según que casos), de acudir a un psicólogo nos vemos en la encrucijada de por donde empezar.

En grandes ciudades, la oferta de servicios de psicología es extremadamente amplia y nos hace a veces encontrarnos en un mar de datos y centros de los que no conocemos más allá que lo que nos muestra su página web o la información que nos dan por teléfono.

 

La manera en la que más de un 70% de las personas llegan a una consulta de psicología es la recomendación. El boca a boca es un arma tremendamente potente ya que si voy a enfrentarme a este dilema, es fácil que se me ocurra consultar con familiares o amigos cercanos para ver si conocen personal o indirectamente algún centro de psicología al que acudir. Y es una gran opción, sabemos que la recomendación tiene un poder muy grande en nuestras opiniones cuando nos hablan de restaurantes o películas que ver en el cine, por lo que acudir a un profesional que te han recomendado genera ya un vínculo que seguramente favorezca a que vuestra relación sea la adecuada.
Pero…que ocurre si no te apetece contarle a nadie tus intenciones de acudir a terapia o las personas que conoces no tienen referencias de ningún centro? Entonces toca navegar por internet en busca de un profesional. En estos casos y ante la falta de recomendaciones, la gente se suele acoger al criterio de cercanía. Si no conozco a ninguno de primera mano y hay tantos…elijo el que esté más cercano a mi casa o a mi trabajo. Es un criterio como cualquier otro pero creo que deberíamos también fijarnos por ejemplo en que tipo de psicología practican o a que rama de la misma se acogen en su trabajo.

 

En psicología, una disciplina con tantos años de experiencia, existen varias ramas diferentes que, con la psicología como base, adaptan su entendimiento del problema y su tratamiento posterior a dicha orientación. Por lo tanto, no se enfoca de la misma manera un problema de ansiedad desde la terapia cognitivo-conductual, la terapia gestalt, el psicoanálisis o EMDR.

 

Yo no puedo hablados en profundidad de cada una de ellas, ya que el no conocer seguramente me haría dar una visión incompleta o sesgada de las orientaciones que no son la mía. En mi caso particular trabajo conjuntamente con terapia congitivo conductual y EMDR por lo que un problema de ansiedad se trabajaría modificando los pensamientos que (aunque no nos demos cuenta) aparecen asociados a la ansiedad y hacen que aumente o no disminuya y aportando al paciente herramientas para su día a día como relajación, respiración, etc y desde el lado de EMDR se trabajaría con las creencias negativas asociadas también a dicha ansiedad dirigiéndonos mediante sus redes de memoria al momento en el que aprendió a ver la vida de esa manera y modificadoras para implementar unas creencias mucho más adaptativas.

 

Por todo ello, te recomiendo que leas, que te informes, que puedas hacerte una idea de la base de estas orientaciones psicológicas básicas que tenemos a nuestra disposición y a partir de ahí veas cual se adapta más a tu forma de pensar o ver el problema que tienes. Se que es dificil, confiar de pronto en una persona que no has visto nunca y a la que tienes que contar tus mayores intimidades, pensamientos u opiniones pero tomado como una aproximación. El paciente tiene derecho a elegir a un profesional con el que se sienta agosto. Si tras una o dos sesiones sientes que no encajas del todo con esa persona o que su planteamiento no te termina de gustar, busca otra opción. No te conformes, en la vida la variedad es algo muy bueno y tienes derecho a encontrar esa guía que te haga mejorar como persona.